5 de abril de 2016
Tiendas de aplicaciones móviles: Google Play (Primera Parte)
Cuando se adquieren las aplicaciones directamente en las appstores predeterminadas del sistema operativo del dispositivo, suponen transacciones al interior de las tiendas que se enmarcan dentro del comercio electrónico directo, en la tipología B2C (Bussines to consumer), en tanto atienden a un uso personal, familiar o doméstico. Estas transacciones son relaciones de consumo, a partir del uso que se le da a las aplicaciones adquiridas, lo cual se revela en los contratos de condiciones generales de contratación impuestos por los proveedores del servicio de las appstores, a las cuales el consumidor se debe adherir, y que lo vinculan al momento de aceptarlas, después de haber tenido la oportunidad de leerlas.
En la actualidad los dispositivos móviles –smartphones y tablets– se han convertido en parte fundamental del día a día. Son utilizados para las más variadas tareas desde comunicaciones por chat o video llamadas, recepción y envío de emails, toma de fotografías, redacción de textos, edición de imágenes, videojuegos, etc. Actividades que se desarrollan mediante la utilización de aplicaciones que pueden encontrarse preinstaladas en los dispositivos o que requieren su adquisición por parte del usuario, quien puede optar por: (I) conseguirlas en las tiendas de aplicaciones o appstores pre-instaladas en los dispositivos y exclusivas del sistema operativo, o (II) en fuentes de terceros.
Cuando se adquieren las aplicaciones directamente en las appstores predeterminadas del sistema operativo del dispositivo, suponen transacciones al interior de las tiendas que se enmarcan dentro del comercio electrónico directo, en la tipología B2C (Bussines to consumer) [1], en tanto atienden a un uso personal, familiar o doméstico. Estas transacciones son relaciones de consumo, a partir del uso que se le da a las aplicaciones adquiridas, lo cual se revela en los contratos de condiciones generales de contratación impuestos por los proveedores del servicio de las appstores, a las cuales el consumidor se debe adherir, y que lo vinculan al momento de aceptarlas, después de haber tenido la oportunidad de leerlas. Lectura que ocurre con poca frecuencia ya que quienes acceden a estas plataformas tienden a ignorar voluntariamente dichos términos, desconociendo casi por completo las condiciones jurídicas del servicio.
En vista de lo anterior con esta serie de posts se busca dar a conocer el régimen jurídico aplicable en torno a las tiendas de aplicaciones, a fin de facilitar un conocimiento efectivo por parte de los usuarios de sus derechos y deberes.
De acuerdo a cifras del International Data Corporation (IDC) [2], dentro del mercado de smartphones, ligado al de los sistemas operativos móviles, la preeminencia la ostenta el sistema operativo Android (desarrollado por Google Inc.) que para el segundo semestre de 2015 contaba con el 82,8% de este mercado a nivel mundial.
Atendiendo a esta preeminencia en el mercado se empezará por estudiar el régimen de la tienda de aplicación nativa del sistema operativo Android: Google Play Store.
Dicho estudio se hará en temas individuales, que se consideran problemáticos y de sumo interés para los usuarios, los cuales se abordaran en futuras entradas, iniciando con la primera de ellas: Google Play.
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GOOGLE PLAY
Google Play Store es una tienda en línea de aplicaciones para dispositivos móviles como smartphones y tablets, que ejecutan el sistema operativo Android, operada y desarrollada por Google Inc., y que cuenta con plataformas especializadas para la distribución de libros, revistas, películas y música. Centraremos nuestra atención en la distribución de aplicaciones.
Al momento de ejecutar la aplicación Google Play por primera vez, ocupa la pantalla de los dispositivos un texto titulado “Condiciones del Servicio de Google Play” [3] que deben ser leídas y aceptadas mediante la pulsación de un botón para poder utilizar la aplicación. Estas Condiciones son el contrato que regula la relación entre el usuario y Google, y son el objeto de estudio que nos ocupa. De hecho en las mismas Condiciones se dice que si el usuario “no comprende las Condiciones (o no está de acuerdo con alguna parte de estas), no debe utilizar Google Play Store”.
Respecto del proveedor del servicio Google Play: se establece que este es proporcionado por Google Inc. ubicada en el estado de California en EE.UU. [4], sujeto a sus Condiciones propias de funcionamiento, y a las Condiciones de Servicio de Google [5], que se aplican a los servicios digitales proporcionados por esta empresa y en estos se determinan: utilización de los servicios prestados, políticas de privacidad de datos personales, derechos de propiedad intelectual, responsabilidad, garantías y exenciones con relación al uso del servicio, y facultades de modificación de dichas condiciones por parte de Google. Se resalta la disposición en torno a que en caso de conflicto entre las Condiciones del Servicio de Google Play y las Condiciones del Servicio de Google, prevalecerán las primeras debido a su especificidad en la materia.
Con relación a los usuarios se establecen dos condiciones que deben cumplir para el uso del servicio: (I) Se debe ser mayor de 13 años, pero si se es mayor de 13 años y menor de 18 años se deberá contar con permiso de los padres o tutor legal para usar Google Play y aceptar las condiciones; (II) se requiere no haber sido privado del derecho de utilizar el servicio de acuerdo a las leyes del país en el que reside, accede o utiliza Google Play, respecto a esta última, consideramos que se refiere a la declaratoria de interdicción ya por incapacidad mental o disipación que imposibilite la disposición negocial.